En mis paseos con mi perrillo observo cada día los árboles del pequeño parque cerca de mi domicilio.
Estos años le he visto crecer, hacerse adultos, y este verano ser especialemnte frondosos, con una agradable sombra.
Será por las abundantes lluvias de este invierno, será por el riego por goteo , no lo sé.
El caso es que en cinco años que vivo en el barrio, han dejado de ser los pequeños y frágiles arbustos que zarandeaba el viento.
Siento entonces nostalgia de su estabilidad, agarrados a la tierra prestan su sombra,llenos de vida.
lunes, 16 de agosto de 2010
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La palabra siempre puede ser el vehículo de bellos sentimientos. Un abrazo.