Te has ido más allá
del tiempo,
caminando con la lluvia
caminando
con las tempestad
y en el desierto
te has filtrado
en la arena de las dunas,
desafiando
el sol
y el calor extremos,
ahora
yace cansada el alma,
ahora brotan árboles
dentro del espejismo
de la vida,
con flores y raíces,
con nubes que tienen sueño,
y bostezan ante el atardecer
de tu mirada,
y cierran los ojos
viajando
en círculos
concéntricos
al centro de la tierra
de tu corazón
en llamas
a través de un túnel
que no es tiempo,
ni lágrima,
ni valle, paraíso,
ni cielo,
sólo camino,
y un respirar tranquilo
dentro del ajetreo
de la vida
y de la muerte,
como si fuera un pequeño
punto de luz brillante
dentro de un firmamento negro,
rodeado de millones de puntos
que son soles,
pero en su lejanía
dan aspecto de noche,
que se cierra
que se abre,
y no muere,
en procesión constante
y llanto intermitente.