Detrás de mis pasos solo escucho el silencio.
A veces el silencio puede ser agradable, es como si me hiciese compañía, y me proporcionase una cierta claridad desde esa perspectiva en que me muevo.
Puedo mirar hacia atrás sin escuchar los ruidos, esos ruidos tan molestos en mi mente y desde el Presente, disfrutar un poco del infinito.
Es tal vez desde el Silencio cuando puedo recuperar mis fuerzas.
lunes, 9 de agosto de 2010
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en efecto el sielencio nos da alas para reemprender el vuelo de nuevo...
ResponderEliminarUN abrazo.