Empiezas a caminar y no hay más remedio que continuar, con esas gotas de felicidad que encuentras , y seguir siendo feliz a pesar de todo, aunque cambien las circunstancias, sin desanimarse.
Eso cuesta, pero no hay otro camino, que seguir hacia adelante con cierta felicidad, porque esto ayuda, y no dejar hundirse en el olvido de no cultivarla.
A veces nadar contra corriente y otras dejarse arrastrar porque no hay fuerzas.
Y mirar lo positivo de la vida, rebuscando y urgando en lo profundo, o saliendo a la superficie a respirar, pero nunca cruzar al otro lado, a lo negativo, ni dejarme llevar por un pesimismo que lo aplaste todo, incluso la voluntad de ser feliz.
Porque , entonces estaré perdida, por esto intento tocar la tierra con las manos, para asegurarme que existe algo bajo mis pies en lo que apoyarme mientras camino.
miércoles, 17 de marzo de 2010
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Parece una excelente estrategia.
ResponderEliminarOjalá funcione.
Besos.