Contenta.

Por fin en casa.

El mar muy lejos, las playas estuvieron estupendas: llenas de gente, con mi gente, la gente contenta, las olas traquilas,( el penúltimo día más revueltas pero no me bañé, porque no hacía falta, no hacía calor, hacia casi viento, y el último día es que ni siquiera bajé a la playa porque tenía otras cosas más interesantes que hacer...en casa y por ahí en la ciudad) las rocas bajo el agua.
El agua del mar: fresquita, refrescante, el sol en lo alto al mediodía( y yo: según, si hacia calor a la sombre y si frío al sol) y por la tarde, el agua más cálida y la brisa del mar más fresquita.
El Faro: precioso, daba igual de día o de noche.La isla de Salmedina , la llaman así pero en realidad es un trozo de arrecife de coral, que solo se ve en baja mar, igual que siempre , con su baliza señaladora de peligros a los navegantes...nocturnos( son historias del pueblo muy interesantes de allí...).

"Los corrales",( otra peculiaridad del pueblo) igual, con su mismo encanto, y allí los niños jugando, como siempre, más eternos que nunca, aunque claro que ya no son los mismos niños que yo vi jugar otras veces , ahora son "otros niños" relevo generacional, supongo, jugando, pero igualmente con el mismo encanto..., pero oye, cada vez hay mas niños, cuando yo era chica éramos menos gente, pero sin embargo jugando con el mismo placer, el mismo encanto...

Es que es el típico pueblo de turismo familiar.

La gente contenta, los niños jugando, mis sobrinitas estupendas, mi madre, algo mosqueada .

Ha sido especial mi viaje.

Las mascotas: el perrito lo tuve que dejar en una residencia canina ( mañana lo recojo), la gatita muy a gusto aquí solita, la vecina se encargó de la comida y el agua, un sol esa niña de vecina( en andalucía todos nos llamamos unos a otros "niños-as" aunque tengamos entre 80-90 años.

Bueno, un gustazo volver por fin al hogar¡¡