Ya estoy empezando a notal el otoño, en las amarillas hojas de los árboles que veo caer cuando salgo a la calle a pasear al perro.
También en el frío aire que me roza la cara, no es sensación de invierno todavía, pero se presiente que cualquier día de estos bajarán aún más la temperaturas, entonces ya casi no habrán hojas en los árboles, ni flores en mi terraza.
Los días se harán mas cortos, y la noche y la oscuridad gobernarán las tardes.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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Deseo que para cuando la luz baje su tono en las tardes, se queden los tonos anaranjados en nuestras retinas para prender la luz que nuestros ojos pueden dar.
ResponderEliminarCuando no queden flores, en las calles ni hojas en los arboles sabremos que es temporal; siempre habra en la calle sonrisas que mirar y devolver al mundo.
La vida es breve, de nosotros depende no hacerla pequeña.