Recojo silencios y despedidas,
no caben dentro de mi corazón,
los guardo al lado
de tu mejilla.
Me iré donde el viento
no sepa mi nombre,
y el cielo por fin me abrace.
Un largo camino
me espera, sin maletas,
sin aliento, sin vida,
sin corazón, y únicamente
me hago espina,
hierba frágil que pisar,
no quedará nada de mi,
ni aliento, ni vida,
sólo páginas en blanco
que nunca se escribieron
por falta de tinta y papel,
Cambiaré la tinta
por sangre y sudor,
El papel, por trozos de mi alma.
Pero no me gustan las despedidas.