Quiero guardar
tu azul en mi memoria,
atravesar el bosque
de sombras,
y hacerme una alfombra,
con los pétalos de todos
mis sentimientos rotos,
pero lo único
que consigo
es guardar tu azul
dentro de mi pupila negra,
y mirar al horizonte
sin nieblas,
hasta donde se pone el sol
y despide el día,
porque más allá de las nubes,
ya no hay estrellas,
sólo lágrimas,
y tristezas,
ese azul guardado
me protejerá
del cuchillo del
viento
que sin piedad ,
amenaza mi alma.