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sábado, 22 de junio de 2013

Kilómetros.


Ayer caminé kilómetros sin cansarme casi, y desde la lejanía, observé como desde la pobreza de cualquier corazón, pueden verse riquezas y luces jamás vistas desde otro lado.

Y seguí caminando, y más tarde después de atravesar tinieblas, y liquidar a algunos de esos monstruos que, a veces me persiguen, Vi el amanecer de una mañana, limpia y fresca cargada de gotas de rocío, brillando como estrellas, que casi pude tocar, lo hice con los dedos de mas manos, Y en cada gota se reflejó un Mundo de Sueños, y en cada gota brillaba el Amor, que mi Corazón había Sentido cuando alguna vez Vivió.


9 comentarios:

  1. El caminar y el cansarse nos abre los poros de la sensibilidad y terminamos por encontrarnos con nosotros mismos.

    Precioso Amapola.

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  2. A veces me gustaría ver a través de tus ojos Amapola.
    ¿Por dónde caminaste? Quiero ir.
    Un beso.
    Buen fin de semana.

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  3. Tu corazón late, siente, vibra. Es lo mejor que pudiste hacer, todos esos kilómetros te dieron una perspectiva diferente de ver las cosas. Muy buena idea Amapola!

    Besos.

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  4. Siempre ocurre después de la tempestad viene la clama y la tuya es muy especial.

    Saludos

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  5. Siempre ocurre después de la tempestad viene la clama y la tuya es muy especial.

    Saludos

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  6. No sabes como me tocaste el corazón... Besos

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  7. eres un tesoro un gran beso dulce amiga carlos

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  8. dicen que las caminatas pueden aclararnos la mente, que son saludables... en tu caso te provocaron visiones hermosas, y al parecer tu corazón aún vive.

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La palabra siempre puede ser el vehículo de bellos sentimientos. Un abrazo.