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lunes, 4 de marzo de 2013

Rotundidad.


A la carcoma le gustaba tanto su madera, que ya la había dejado hueca por dentro a la pobre silla.

Entera pero hueca presidiendo el centro de la habitación.

Pobrecita Silla.




3 comentarios:

  1. No entera, entonces. Lo que le faltaba, no se veía... Un apapacho

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  2. Darío, otra vez tendré que buscarlo en el diccionario.

    Gracias por venir, besos.

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  3. Darío sé que no vendrás a ver lo que he puesto, busqué en el diccionario... la "palabrita".

    El apapacho te lo doy yo a ti, a la pobre silla le das eso y la terminas de rematar a la "pobre".

    Abrazo, Darío.

    A la pobre silla lo que le hace falta es un buen arreglo, que por cierto, no sé ni si tiene remedio el mal de la carcoma... Besos.

    Espero que sí, sobre todo por la pobre silla...

    De verdad que espero que sí, lo está pidiendo a gritos.

    Saludos.

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La palabra siempre puede ser el vehículo de bellos sentimientos. Un abrazo.