camino entre las sombras y luces de la ciudad,
escucho los gritos de unos niños
nada me engulle , ni el calor abrasador del sol
ni los humos de unos coches ansiosos por llegar a su destino.
Solamente pienso en beber agua helada
de una botella muy fría de la nevera
de mi cocina
nada me engulle, nada me toca
siquiera el sol
solamente piso un suelo extraño
que es igual que una
estúpida fe
que nunca muere.
jamás .
lunes, 28 de julio de 2014
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ResponderEliminarCaliéntala un poquito en la boca antes de tragarla Amapola ;-)
Que duermas bien
Un beso
Hay momentos en que una camina sin rumbo, ni una meta fija a donde llegar y se desconecta de todo lo que le rodea más por buscar un equilibrio que nos de estabilidad.
ResponderEliminarBesos