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lunes, 4 de junio de 2012

Dilema


Esperanzas.

Otra vez esperanzas,
Cuando escribo, soy libre, por fin como El Viento.
Otra vez cuando escribo, cual gacela
Corriendo
Soy feliz.

¿He vuelto a nacer?
Acaso resurgí de mis cenizas.

Otra vez hay esperanzas
Bajo el cielo,
Otra vez luce de nuevo el Sol.

Pero estoy preocupada,
De estas idas y venidas.

De este oleaje que me zarandea
Con tanta frecuencia
A su capricho.
Estoy harta de
Las olas de Mar.

Solo quiero descansar
En la orilla
Relajada y
Feliz.

Estoy harta del Mar,
Tan Gigantesco
Con sus Olas.

Solo quiero
saludar a los delfines
Desde la orilla,
Relajada y
Feliz.

Y tomar el Sol,
Sin preocupaciones,
Mientras vuelan
Las gaviotas allá en lo alto.

Y respirar ese aire transparente
Soy libre ,
Soy feliz,

Lejos del horizonte
Del mar,
Tan lejano
Tan cercano…

Solo quiero
Que las olas
Me susurren al oído…

Pero sin gritarme
( como cuando estaba
En el Mar)
( Con el mar).

Quizás el mar
Ya no me interesa
Y sólo me interesa el Sol,

Tierno Sol,
Que no habla

El mar intenta alcanzarme
Y no me toca,

Está la arena de
Por medio.

Está ese aire transparente
Por esto el mar se conforma

Simplemente
Con susurrarme cosas al oído,
( sabe que por ahora no tienen nada que hacer).

¿ Despertaré algún día
De estos sueños
Y tendré que
Volver a
Las profundidades
Del mar?

Por ahora,
No quiero
Volver con
El mar,
No quiero.

Aunque me espere, y
Me suplique
Y se arrastre
Disimulando hasta la orilla,
Sí, ancho Mar,
Que no puede tocarme…

Ni con toda la Fuerza
De sus mareas
Movidas
Por una simple luna,

Porque para eso
Necesitaría
La complicidad
Del Viento.

Y, por ahora
El Viento
Está tranquilo,

No se mueve
Y sólo me regala
Ese aire transparente

Entre el mar y yo,

Así, que allí
Se queda el mar

Con su orilla tímida,
Mientras en lo profundo
Se queja…

Tiembla , patalea,
Pero a mí, simplemente
No me habla,
Solo me hace caricias en los pies,
De
De vez en cuando.

Ancho mar.
Estoy tranquila aquí,
Así que olvídate
Por un rato,

Y entretente
En jugar
Con los delfines
, peces de colores y
Demás corales.

A mí, déjame, déjame
Que por ahora
Ya tengo bastante con el Sol.

Luego despertaré
Y, cuando el Sol,
Se ponga miraré
A tu horizonte
Y cuando tus aguas
Empiecen a estar oscuras,

Cuando no se vea ni el fondo
De tu alma, entonces me acercaré

Y tal vez me zambulla
Desnuda entre tus aguas.

Solo entonces,
Y, a la luz de la luna
Y de esas estrellas
Tan simpáticas.

Ay¡, ancho mar,
Lo nuestro es un suspiro sin aire,
Una metáfora de poeta, algo intangible,
Algo imposible.

Ay¡, ancho mar.
No olvidaré
El susurro de tus olas
Mientras descanso.

No te olvidaré.
Y, cuando al
Atardecer
Regrese a tus aguas
Tibias
Por efecto del Sol,
Tú estarás
Más tranquilo,

Y te llevaré cosas, quizás conchas
De caracolas recogidas
En la orilla, y, otros tesoros.

Para que los lleves al fondo,
Para que los guardes en tus entrañas.
Ay, ancho mar.

Con ellos harás collares
Para tus escondidas sirenas.

Y, me recordarás, si ancho mar,
Como la chica que se salió
De tus orillas enfadada…

Y que sólo sonreía al Sol.

3 comentarios:

  1. Bueno, quizás no sé ni lo que quiero decir, pero bueno, me salió así.

    No sé quién es el mar ni quién es sol ni si existen.

    Pero me resultan interesantes las historias de la naturaleza.

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  2. Es precioso el poema.
    El mar es nuestra patria y nos premia con poemas maravillosos como este.

    Besos.

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La palabra siempre puede ser el vehículo de bellos sentimientos. Un abrazo.